La vida en Verona, una pequeña ciudad al norte de
Italia, transcurre con calma para la mayoría de sus habitantes, pero no para
los Montesco y
los Capuleto, las dos familias más importantes de la ciudad, que desde tiempos remotos
viven enfrascados en una rivalidad que continuamente provoca hostilidades entre
ellos. En las calles no son raros los momentos de tensión, ya que el solo
encuentro fortuito de Montescos y Capuletos puede conducir a un enfrentamiento
con espadas y puñales desenvainados. Mientras que esta enemistad se extiende a
los amigos e incluso hasta los sirvientes de dichas casas, los miembros más
jóvenes de estas familias parecen tener preocupaciones más importantes que una
vieja y absurda disputa cuyo origen ya nadie recuerda: como la mayoría de los
adolescentes, Romeo Montesco pasa su tiempo lamentándose de su mala suerte en
los asuntos del corazón, mientras que a la tierna Julieta Capuleto le preocupa
tener que casarse por la fuerza con el Conde Paris, un pariente del príncipe de
Verona que la ha pedido en matrimonio y espera enlazarse con ella cuanto antes.
Así las cosas en Verona, la familia Capuleto organiza un baile de mascaras para
que Paris pueda acercarse Julieta. Sin embargo, en un giro inesperado del
destino, no será de Paris de quien se enamore perdida e irremediablemente la
bella Julieta, sino de un enemigo infiltrado en la fiesta bajo el camuflaje de
un antifaz: el heredero único de los Montesco, que se ha colado en baile por
influencia de su primo. Sabiendo que su amor está condenado al rechazo de sus
familiares y de la sociedad veronesa por ser parte de familias rivales, Romeo y
Julieta tendrán que enfrentarse a una serie de obstáculos y circunstancias
adversas, armados únicamente con su caprichoso, obstinado e impulsivo amor.
Escrita alrededor de 1597 por el célebre dramaturgo
inglés, William Shakespeare, Romeo
y Julieta (cuyo título completo es La más excelente y lamentable tragedia, Romeo y Julieta), es la obra que instauró definitivamente el
arquetipo de las historias de amor imposible, el amor que tiene que luchar
contra “viento y marea”, contra las presiones sociales, el amor loco, ardiente,
impulsivo, pero también del amor destinado a terminar en desgracia. Ya mucho
antes del siglo XVI se habían narrado trágicas historias de amor y muerte (como
la de Píramo y Tisbe, o la de Habrócomes y Antía), por lo que no se le atribuye
a Shakespeare haber sido el primero en escribir una tragedia de este tipo. De
hecho, Shakespeare ni siquiera inventó la historia de Romeo y Julieta (que fue
narrada por primera vez en poemas que datan de la primera parte del siglo XVI),
pero él la rescató, la reinterpretó con su inigualable estilo y la rescribió
para ser representada en un escenario, dando como resultado una obra que ha
sido celebrada durante cuatro siglos. En cualquier caso, su versión de “Romeo y
Julieta” es probablemente la más célebre historia de amor de la literatura. La
historia de estos jóvenes, cuyo amor prohibido termina en desgracia en la
oscuridad de una catacumba, ha sido reproducida y reinterpretada tantas veces durante
más de cuatrocientos años, que en realidad no hace falta haberla leído o
haber visto su escenificación para conocer el triste destino de los llamados
“amantes de Verona”.
Hay que añadir que Romeo y Julieta es mucho más que la triste y
romántica historia de amor adolescente que comúnmente se cree que es. Se trata
en realidad de una emocionante obra que examina el rencor, la venganza, la
relación entre el amor y la violencia, el matrimonio, los límites impuestos por
las convenciones sociales, la inevitabilidad del destino, y el erotismo que
resulta del cruce del sexo con la muerte.
Quien crea que Shakespeare, el teatro isabelino, o
la literatura del siglo XVI han perdido su atractivo en el siglo XXI, no puede
estar más equivocado. En menos de tres días (y tan solo 50 páginas) una
inocente historia de amor juvenil termina en una desgracia digna del noticiario
nocturno: dos jóvenes se casan clandestinamente sabiendo que son miembros de
linajes enemigos, se frustró un matrimonio arreglado entre una pequeña de tan
solo trece años con el hombre rico de la ciudad, cinco personas murieron,
incluyendo dos menores que prefirieron suicidarse que seguir viviendo sin el
amor de su (corta) vida, y dos hombres fueron detenidos, incluyendo un anciano
que le facilitó a la pequeña un sofisticado narcótico. Todo esto mezclado con símbolos
de amor, muerte y sexo, y románticos sonetos de la pluma de uno de los más célebres
poetas de la historia. ¿Quién dijo que Shakespeare era aburrido?
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