miércoles, 8 de enero de 2014

0 La gaviota, Juan García Ponce (1972)

Son muy pocos los temas que podrían causarle al lector -o en cualquier caso, al ser humano-, más conmoción, añoranza y ternura, que el del primer amor. Pocas cuestiones son tan claramente universales y definitivamente inolvidables como el experimentar por primera vez la impaciencia, y la inquietud que provoca el enamoramiento. Ciertamente, el tema no se limita a una simple asunto sentimental: enamorarse por primera vez no solo marca, evidentemente, la entrada al agitado y engorroso mundo del romance, de las relaciones de pareja y de la doma de nuestras emociones y sentimientos, también es señal inconfundible de que la madurez está en marcha, y por tanto de que se acerca el fin de la infancia y la consecuente pérdida de la inocencia, y por supuesto, es también el signo que precede al no menos complejo descubrimiento y despertar de la sexualidad. En la novela breve, La gaviota, el escritor mexicano Juan García Ponce, retoma estos complicados asuntos, y nos ofrece una obra ágil, enternecedora y emocionante, totalmente alejada de los clichés, la caricaturización y la cursilería en la que suelen caer los melodramas de romance juvenil que tan en boga han estado en los años recientes.

Los primeros elementos que destacan en La gaviota son la simpleza y la universalidad. La ausencia de fechas exactas, nombres de los lugares, y datos precisos de los personajes, nos habla de una historia imperecedera que podría estar sucediendo en cualquier lugar. Ubicada en un momento indeterminado, que podría ser 1970 lo mismo que podría ser el año actual, esta es la historia del primer amor de Luis, un típico adolescente mexicano de clase media, de edad incierta pero evidentemente en plena pubertad, ese momento en el no se han abandonado por completo los comportamientos infantiles, pero estos se mezclan con la vanidad, la presunción y la exasperación, es decir, con los primeros rasgos de la madurez. Luis y sus padres se encuentran pasando las vacaciones de verano en una cabaña sobre la playa, en el que podría ser cualquiera de los pequeños poblados que se encuentran en las costas mexicanas, un lugar cálido, tranquilo y simple. Pero estas vacaciones serán diferentes e inolvidables para nuestro protagonista: sus padres han invitado a una pareja de origen extranjero y su joven hija a pasar las vacaciones de verano con ellos; así, Luis conoce a Katina, una bella y exótica adolescente alemana que rápidamente le robará el aliento y la tranquilidad, y lo llevará a experimentar sentimientos y sensaciones desconocidas hasta ese momento.

A simple vista, puede parecer típico e incluso predecible, que dos adolescentes en pleno despertar sexual terminen embrollándose de alguna manera tras varias semanas de convivencia diaria en un escenario paradisiaco, con poca ropa y poca supervisión adulta. No obstante, La gaviota es una historia que escapa de las predicciones y de las obviedades de la mayoría de las historias de “amor adolescente”. Su estilo ágil, ligero, los simbolismos utilizados (como la relación entre la luz y Katina), e incluso algunos momentos sorpresivos de erotismo, dan como resultado una obra emocionante que se lee sin descanso.

A diferencia de lo que comúnmente se espera de una obra para adolescentes, La gaviota no es una historia “romántica”, con embelesadas declaraciones de amor y escenas de heroísmo y conquista de la amada. Juan García Ponce nos ofrece una historia mucho más simple, y en cierto sentido, mucho más “real” y verosímil, sobre la confusión, el temor y el desenfreno que genera el primer amor. Conforme avanza el relato, el lector acompaña a Luis en una serie de experiencias totalmente nuevas para él, como la ansiedad que le provoca perder de vista a Katina, los celos de verla divertirse con otros chicos, los momentos en los que ante la mirada de los adultos tiene que fingir indiferencia o incluso cierto desprecio hacia ella, pero también el placer de los breves e inesperados roces y acercamientos de los cuerpos y la idílica sensación de que en todo el mundo ya no existe nada más que ella.

El romance de Katina y Luis se publicó por primera vez en 1972 en el libro Encuentros (que incluía otros dos relatos breves: “El gato” y “La plaza”), sin embargo, La gaviota es una obra que ha tomado su propio camino y reclamado su propio lugar en la literatura mexicana. A principios del siglo XXI, tras la muerte del autor, el relato fue rescatado y publicado ya en solitario, de modo que quedara claro su carácter de novela breve. Además, la obra ha sido incluida en diferentes antologías y colecciones, fue seleccionada por la Secretaría de Educación Publica del gobierno mexicano para formar parte de la serie “18 para los 18” (una colección de novelas breves de autores mexicanos, dirigidas especialmente a los jóvenes), y fue seleccionada por el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes para formar parte de la colección de sus “Salas de lectura” (pequeños espacios de lectura instalados en diferentes puntos del país donde se fomenta el acercamiento de la sociedad con los libros).

Si bien comúnmente se recomienda la lectura de esta breve obra entre los adolescentes, es un error pensar que solo ellos podrán disfrutarla. Si bien puede ser cierto que los lectores más jóvenes se sientan inmediatamente identificados con alguno de los protagonistas, con La gaviota los lectores no tan jóvenes pueden volver a gozar y sufrir la maravillosa experiencia de enamorarse por primera vez.

0 comentarios:

Publicar un comentario

 

The Readometer Project Copyright © 2011 - |- Template created by O Pregador - |- Powered by Blogger Templates