miércoles, 14 de agosto de 2013

0 "La campana de cristal" de Sylvia Plath (1963)


Cuando se habla de enfermedades mentales es común que vengan a nuestra mente imágenes aterradoras de personas en camisa de fuerza, con arranques de ira incontrolables o totalmente ausentes de la realidad; sin embargo, el desequilibrio mental de una persona puede tener muchas caras. “La campana de cristal” es una novela que aborda precisamente la vida de una mujer que, desde muy temprana edad, empezó a padecer los estragos de la depresión y el desajuste emocional, lo que la llevó a cometer varios intentos de suicidio y a ser recluida en una institución para enfermos mentales.
Esta novela de Sylvia Plath –la única, por cierto- cuenta la historia de Esther Greenwod, una joven universitaria de Boston que se muda a Nueva York para trabajar en la redacción de una revista. En esta nueva ciudad, Esther trata de adaptarse a su nueva realidad pero su inestabilidad emocional pronto la obliga a regresar a su ciudad de origen. La autora se centra en detallar cómo el ánimo de Esther va decayendo y cómo va paulatinamente perdiendo el interés por vivir. Sus intentos de suicidio terminan con su reclusión en una institución en la que incluso recibe terapia de electrochoques. Aun con un tema tan desolador como la depresión, Sylvia Plath logra hacer una narración amena, incluso humorística, en algunos momentos.
La vida de Esther permite al lector entender un poco mejor lo que pasa por la mente de una persona que está clínicamente deprimida. La insatisfacción permanente, el insomnio y la ansiedad repentina con la que debe vivir continuamente. Mas aún, “La campana de cristal” también centra la atención en el tipo de tratamientos que utilizaban para atender a las personas con algún desorden mental en los años cincuenta, época en la se ubica la novela.
En lo personal, la novela me parece recomendable porque aborda el tema de la depresión desde una perspectiva muy neutral, no ubica a la protagonista como víctima de la enfermedad ni culpa a quienes la rodean, mas bien describe la experiencia de Esther como podría haberlo hecho cualquier otra persona con cualquier otra enfermedad.
Uno de los aspectos más interesantes es que la novela se asemeja tanto a la vida de Sylvia Plath que muchos la consideran autobiográfica. De hecho, Sylvia Plath sufrió depresión gran parte de su vida y terminó suicidándose poco después de la publicación de su novela en el Reino Unido. Quizá las propias vivencias de la autora sean lo que le dan gran parte del valor a la obra, más que sólo narrar los infortunios de la vida de una mujer, Plath logra realmente transmitir la frustración y el desasosiego que genera una enfermedad en donde nada parece ser un motivo lo suficientemente poderoso para vivir.


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