De vez en cuando es
interesante encontrarse con un texto que sale de lo convencional. Acercarnos a la
obra de escritores no muy conocidos puede llevarnos a experimentar realidades
distintas a la nuestra y abrir la mente hacia otro tipo de relatos. Poco
difundida, la literatura africana es un medio efectivo para conocer, de primera
mano, un poco más acerca de la cultura de quienes viven en este continente.
Existe un halo de misterio alrededor de este lugar, tenemos ideas preconcebidas
acerca de él, relacionadas con el subdesarrollo, la pobreza y la
ingobernabilidad; sin embargo, más allá de esto, la cultura africana ofrece una
vasta diversidad de relatos derivados de la diversidad de etnias existentes.
“Mi vida en la Maleza de los Fantasmas” es un relato escrito por el nigeriano Amos Tutuola que narra la travesía de un niño en una especie de mundo paralelo en el que habitan fantasmas y seres fantásticos y en donde las “personas terrenales” no son bienvenidas. El protagonista transita por varios pueblos habitados por fantasmas, los cuales presentan características muy distintas entre sí, algunos fantasmas lo reciben con comida y bebida en abundancia dándole trato de rey, mientras que otros lo azotan y lo confinan a ser un esclavo. En esta maleza, los fantasmas tienen la capacidad de transformarse en otras criaturas, de hacerse invisibles y otras muchas habilidades sobrenaturales. En este mundo lleno de elementos fantásticos, transcurren 24 años en la vida del protagonista, tiempo durante el cual se casa, es adorado como una deidad, provoca una guerra y enfrenta múltiples peligros. A pesar de todo, su mayor deseo es encontrar el camino de vuelta a su pueblo natal en el mundo terrenal y reencontrarse con su familia.
Definitivamente no es
un libro fácil de leer, es un texto en el cual se presentan muchos sucesos que
involucran a múltiples personajes en situaciones fantásticas lo que dificulta
la narrativa. Originalmente, el texto está escrito en un inglés imperfecto y la
traducción intencionalmente transmite esta imperfección al conservar errores de
sintaxis y el uso impropio del vocabulario de alguien que escribe en una lengua
distinta a la suya.
Lo más rescatable de esta obra es que es un acercamiento a
la mitología africana que transmite la gran capacidad imaginativa del autor, nos encontramos con una serie de relatos concatenados llenos de elementos fantásticos y sobrenaturales. A
través de la descripción de estos seres, el lector puede sentirse
inmerso en una atmósfera de incertidumbre ante lo desconocido. La exacerbación de
los sentimientos como la ira, el miedo y la desesperanza presentes en la obra
son muy característicos de la literatura africana.
Es un libro que
transmite fielmente la complejidad de la mitología africana, el misterio y la
oscuridad que rodean a esta cultura, pero que definitivamente sale de lo
convencional y requiere de mucha concentración para seguir el hilo conductor de
la historia. Al final, uno termina simplemente exhausto mentalmente.
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