El racismo ha sido un tema recurrente en la literatura. Matar a un ruiseñor es uno de los textos clásicos de la literatura norteamericana que aborda el tema del racismo en Alabama durante la época de la Gran Depresión. Los hermanos Finch, Jem y Scout, son los protagonistas de esta obra en la que, a través de su vivencias y experiencias, dan cuenta de la polarización de la sociedad en la que viven y de la segregación racial presente en su comunidad. El libro, narrado por Scout, la hija menor, describe una serie de acontecimientos en el condado de Maycomb que retratan la discriminación y la desigualdad, pero también la fuerza de las convicciones personales, la ética y el compromiso con la justicia que pueden coexistir en una sociedad.
Lo más destacado de este libro, por el cual Lee recibió el Pulitzer, es la ligereza y cadencia con la que se aborda el tema del racismo. El hecho de que sea la perspectiva de una niña la que guíe el argumento del libro hace que su lectura sea muy ágil y entretenida, especialmente porque Lee a lo largo del texto, incorpora muchas anécdotas divertidas de los hermanos Finch y de su inseparable compañero de aventuras, Dill.
Matar a un ruiseñor es un libro sumamente entrañable porque, al margen del tema central, Harper Lee logra transmitir la emotividad de la relación de los hermanos Finch con su padre, Atticus, sin duda, uno de los personajes mejor construidos de la novela, a partir de mostrar su integridad y rectitud en una sociedad represora y sufriendo las consecuencias de defender sus convicciones.
Es una obra que retrata muy bien las costumbres y el estilo de vida del sur de Estados Unidos lo que permite al lector conocer y acercarse a la mentalidad de una sociedad de esa época. Un dato importante es que Matar a un ruiseñor es la única novela de Harper Lee, indudablemente una sola obra le bastó para pasar a la posteridad.