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En abril de 2010, el mexicano
Julio Scherer García –leyenda del periodismo en México, fundador de importantes
medios impresos y crítico persistente de la corrupción y la impunidad- se
colocó de nuevo en el llamado “ojo del huracán”. A sus más de ochenta años de
edad, asestó uno de esos hits periodísticos de grueso calibre que pocos pueden
presumir, y provocó un interesante debate sobre la ética y los fines
periodísticos, al reunirse con un personaje de gran calado pero infame
trayectoria: el narcotraficante Ismael “El Mayo” Zambada, uno de los más
grandes capos del crimen organizado en México, leyenda del hampa, y líder,
junto al mítico “Chapo” Guzmán, de la organización criminal conocida como
Cártel de Sinaloa.
Ícono del periodismo, Julio
Scherer García es uno de esos escritores de la vieja guardia que han encarado y
señalado a políticos, gobernantes y cómplices de la corrupción, desde mucho
antes de la transición política y de los avances en la libertad de expresión
que ahora se disfrutan en México. Y para muestra de su trabajo, uno de sus
libros más recientes: “Historias de Muerte y Corrupción”, publicado en 2011,
obra breve pero de una enorme fuerza por la crítica mordaz que contiene hacia
varios personajes del escenario político de México, y hacia la estrategia de
combate al crimen organizado implementada durante la administración del ahora ex
presidente Felipe Calderón, conocida extraoficialmente como “la guerra contra
el narcotráfico”.
En este libro, Scherer García
relata una serie de historias que pretenden ilustrar la situación en la que se
dejó al país tras seis años de combate al crimen organizado a través de las fuerzas armadas. Estas
historias dan muestra de un país marcado por la corrupción, la violencia, la
impunidad, el abuso del poder, la violación de los derechos humanos y la franca
intención de la clase política de acceder al poder únicamente para su beneficio
personal. En este sentido, el título del libro no engaña a nadie, pues habla
claramente de lo que el lector encontrará en él: una visión agria y exasperada
de la situación actual del país.
En cuatro breves capítulos,
el autor recrea sus encuentros con algunas de las figuras claves del panorama
actual de México, como el ex presidente Felipe Calderón, la ex candidata a la
presidencia Josefina Vázquez Mota, y el general crítico de la guerra contra el
narcotráfico Luis Garfias, y los entreteje con anécdotas e historias sobre el crimen
organizado surgidas de su experiencia profesional tanto actual como del pasado.
Esta estructura puede provocar la impresión de desorden en las historias y
anécdotas, lo cual no se resuelve hasta haber terminado por completo la lectura
del libro. De todas las entrevistas, encuentros, historias y anécdotas que nos
ofrece Scherer García, destaca, por mucho, el encuentro que evidentemente
detonó la realización de este libro: su famosa y polémica reunión con el
narcotraficante Ismael “El Mayo” Zambada, encuentro en el que Scherer pretendió
entrevistarlo, aunque finalmente no se dio más que una mera conversación.
Conforme se avanza en la
lectura de “Historias de Muerte y Corrupción”, es más claro distinguir las dos
partes que, entrelazadas, conforman el libro: por un lado, las historias y anécdotas
que el periodista rescata de su experiencia profesional, entre las que destacan
sus relatos sobre abusos militares, sobre niños sicarios, y sobre la presencia
del narcotráfico en la vida cotidiana del país; y por el otro lado, una clara
crítica al partido político que desempeñó un importante papel como oposición,
pero que al llegar al poder actuó igual o peor que el partido anterior en el
poder, una crítica a la estrategia de combate al crimen basada únicamente en el
uso de la fuerza militar y una crítica a los abusos de poder cometidos durante
la administración del ex presidente Felipe Calderón.
Es difícil decidir si el
panorama mostrado por Scherer García es pesimista o realista, puesto que el
autor parece actuar de ambas maneras en diferentes puntos de la obra. Realista,
al aportar datos, nombres, lugares precisos que dan cuenta de una realidad que
no debe ser ignorada o minimizada, y pesimista puesto que escribe desde el
desencanto y la decepción de quien lleva ya varias décadas denunciando la
corrupción y la impunidad que parecen no tener fin. En palabras del también
periodista mexicano, Jenaro Villamil: “No hay espacio para el optimismo en
estos retratos crudos, exactos que Scherer García nos ofrece.”
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